Visitas cercanas: el Castro de Baroña

Comienza el buen tiempo y muchos días apetece ir a pasar un rato junto al mar, a disfrutar de su ruido, de su olor, de su bravura... Cerca del Hotel Casa Rosalía tenemos un gran tesoro: el conjunto arqueológico del Castro de Baroña, uno de los castros costeros mejor conservados y al que el gobierno gallego declaró Bien de Interés Cultural en 2011 (los más de diez mil turistas tuvieron algo que ver). A escasos 45 min está un yacimiento -una auténtica joya- que tiene su origen entre los siglos IV a.C. y I d.C. y cuyo mantenimiento está ahora garantizado.
El pasado “celta” del Castro de Baroña, muy cerca de Santiago
El Castro de Baroña es uno de los más visitados en Galicia, junto con el de Santa Tegra (en la desembocadura del Miño en el límite con Portugal) y el de Vilandonga (cerca de Lugo). Ocupa una superficie de 53.733 m2 y está pendiente de ampliar su perímetro de protección 200 metros más. El enclave defensivo se compone fundamentalmente de elementos contra los ataques costeros y arquitectura doméstica. Solemos tener una imagen preconcebida de los castros y asociarla al mundo celta, con bardos vestidos con ropajes y pieles de animales con cascos con cuernos en la cabeza. En parte es lógico, pues siempre se ha aludido a un pasado celta de Galicia, por lo menos desde la literatura (Curros y Pondal).
Sin entrar a discutir el fondo, lo cierto es que la leyenda celta existe ya desde el himno. El Castro de Baroña se ubica en un saliente costero y el foso marca todavía más ese carácter defensivo, junto con la muralla que protege el itsmo. Se accede por una puerta grande y dentro se agrupan más de 30 ruinas de viviendas (la mayor parte) de planta simple y de forma circular u ovalada. El buen estado de conservación actual, ayudado por el magnífico enclave en el que se encuentra, hacen de él un auténtico espectáculo. Más recientemente éste era un tradicional punto de acampada -ahora más restringido- preferido de algunas almas libres, hippies y amantes de naturismo, como la isla de Ons.
Pero para una mejor comprensión de la historia del castro y de la época podemos visitar el Centro de Interpretación del Castro de Baroña, situado en el edificio del antiguo ayuntamiento de Porto do Son. Maquetas, paneles explicativos, piezas originales y videos facilitan el entender la vida de aquellas gentes que vivieron en la Edad de Hierro. En el centro se ofrece un servicio de guías que te dará a conocer otros restos arqueológicos (dólmenes, petroglifos y otros túmulos) de la comarca.
El arenal adyacente es paradisíaco, y es que la playa de Arealonga es una de las pocas playas nudistas de Galicia. Son 350 m de largo por 35 de ancho con un nivel de ocupación medio al que se llega tras bajar la pronunciada cuesta que hay desde la carretera. El estado habitual de la mar es de marejada, con mucho viento, gran oleaje y fuertes corrientes, por lo que es habitual ver a surfistas tratando de conseguir hacer un buen tubo. También es habitual ver saltar a los golfiños, los delfines pequeños.
En la misma excursión de un día también podemos visitar las Dunas de Corrubedo, integradas dentro de un Parque Natural (en el vecino municipio de Ribeira); subir al mirador de A Curota, con vistas hacia las dos rías (la del norte, Muros y Noia, y la del sur, Arousa); hacer la ruta de senderismo de San Xusto (cerca de Noia y con pasando por las ruinas del convento) o visitar la fervenza de Ribasieira o las piscinas naturales del río Pedras. Y todo muy cerca de Santiago, a menos de una hora en coche de este hotel rural con encanto.